¡Hola! soy Álvaro Aragón, fotógrafo.
Uno de los recuerdos más antiguos y vívidos que tengo es del día que hice mi primera fotografía. Mis hermanos mayores posaban en una viña con un rebaño de ovejas al fondo. Era enero de 1967 y yo tenía 6 años.
Desde entonces siempre he tenido una cámara en las manos, toda mi vida ha girado alrededor de la fotografía. A los catorce años, en el instituto, entré por primera vez en un laboratorio fotográfico y en ese momento decidí a que dedicaría mi actividad profesional.
Comencé a estudiar fotografía en Barcelona hasta que en las vacaciones de Navidad de 1979 me ofrecieron trabajo en un estudio en Logroño.
Allí empecé mi carrera profesional como operador y encargado del laboratorio de color, en poco tiempo acabé encargándome además de los procesos de compra.
En 1986 decido abrir mi propio estudio, dedicándome principalmente a la fotografía industrial y de producto, especialidad que abandono por prescripción facultativa, orientando mi actividad hacia la fotografía social y el retrato, sector en el que me encuentro muy cómodo y que me permite seguir disfrutando de mi mayor afición que es a la vez mi profesión.
Sí, soy una persona con suerte.